Qué comer para dejar de Fumar
Qué comer para dejar de Fumar - Un estudio dice que hay alimentos que nos hacen sentir ganas de fumar y otros que desincentivan el consumo de nicotina. La investigación demuestra que las frutas, las hortalizas o los lácteos empeoran el sabor del cigarrillo. Por el contrario, la carne, el alcohol o el café realzan su sabor, haciendo más atractivo el hábito de fumar. Se demuestra así que la alimentación puede convertirse en una aliada para abandonar el tabaco.
Qué comer para dejar de Fumar los alimentos mas efectivos
Qué comer para dejar de Fumar - Si quieres dejar de fumar, aquí te indicamos los alimentos más efectivos para eliminar este vicio que solo nos produce enfermedades.
Qué comer para dejar de Fumar Zanahoria
La zanahoria tiene altas dosis de vitamina A, que favorece a los pulmones. Además, tiene vitaminas del complejo B y vitamina C.
Qué comer para dejar de Fumar – Los Lácteos - Además de arruinar el sabor del tabaco, el yogurt, los quesos y la leche contienen altos niveles de vitamina B, que ayuda a acelerar la eliminación de nicotina del organismo.
Qué comer para dejar de Fumar los Frijoles
Qué comer para dejar de Fumar - Las legumbres desmejoran el sabor del tabaco. También estimulan el tránsito intestinal, que suele verse afectado en los fumadores, porque son ricas en fibra. Incorpóralas a tu dieta en guisos y ensaladas.
Qué comer para dejar de Fumar - Los jugos de fruta natural, como el de naranja, limón y mango, ayudan a recuperar las vitaminas. Además, sirven para reemplazar el café, infusión que favorece el consumo de tabaco.
Qué comer para dejar de Fumar el Kiwi
El consumo de cigarrillo disminuye los niveles de vitamina C, un antioxidante natural que previene la aparición de sustancias cancerígenas. El kiwi es una de las frutas con mayor concentración de esta vitamina: posee unos 98 miligramos cada 100 gramos, casi el doble que una naranja.
Qué comer para dejar de Fumar - La comida se convierte, tras el estudio, en una aliada para quien desea dejar de fumar, y no en una excusa para no hacerlo. Si, finalmente, se combina con una terapia de sustitución de la nicotina y con ejercicio continuado, el cese del hábito no debería ser, al fin, un proceso tan difícil de conseguir.
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